martes, 8 de junio de 2010

Extreme Makeover Gubernamental

En los pueblos de Dongeradeel y Dantumadiel el gobierno local está preocupado por la cantidad de dinero que dedica en ayudas sociales, por lo que está implementado una manera bastante innovadora, por decir algo, para solucionarlo: ayuda a las mujeres solteras y desempleadas a conseguir un marido con dinero.

Si. No es broma. Dicen que si 70 mujeres encuentran esposo (con dinero, se entiende) el Concejo Municipal se ahorraría unos 400 mil euros al año. Para lograr esa meta, le ofrecen a las interesadas hasta 1.400 euros para mejorar su imagen personal y su vestuario. Adicionalmente les dan tips para mejorar sus relaciones sociales y un poquito de etiqueta. Después -y solo después - de la transformación, las "nuevas" mujeres se inscriben en una oficina llamada "Mens en Relatie" a ver que sale.

Por el momento sólo 10 mujeres (las más desesperadas seguramente) se han inscrito en el programa el cual ha sido criticado por algunos como poco ético. Cosa rara en este país donde las drogas, la prostitución e incluso en sexo en parques públicos es permitido, pero esa es otra historia que será contada en su momento.

Una importante aclaratoria es que el programa es totalmente voluntario. Por ahora. Pero se me ocurre que si no alcanzan la meta pautada pudieran implementarlo de manera obligatoria, y con ello se cumpliría lo que dice aquella canción del Gran Combo de Puerto Rico "van a eliminar lo(a)s feo(a)s"!!!

sábado, 15 de mayo de 2010

BEVRIJDINSDAG, Día de la Liberación


La Celebración
Creo que una forma importante para entender cómo es una sociedad, es mirando a través de sus festividades y del uso de su tiempo libre. Este es el caso de una interesante celebración holandesa: el Día de la Liberación.

Cada 4 de mayo se celebra el Día del Remembranza (Dodenherdenking), en el cual se recuerda a las víctimas de la guerra, pero el evento que realmente quiero reseñar por haber sido testigo presencial es el del Día de la Liberación, celebrado cada 5 de mayo, para conmemorar la fecha en la cual los ejércitos francés y canadiense impusieron una capitulación a la ocupación alemana en 1945.

Yo estaba de paso por Amsterdam, visitando el Oude Zijde, o la parte vieja de la ciudad, cuando a lo lejos escuché el eco de una orquesta y seguí sus acordes para descubrir frente al río Amstel,- el principal río de la ciudad a la que da nombre-, un escenario. Qué digo un escenario!, un impresionante escenario techado con una fabulosa orquesta acompañando a una soprano, en que lo era un ensayo como pude comprobar cuando me acerqué.

El evento más importante de todo este día, que incluye exposiciones, conferencias y conciertos de todo tipo, a todo lo largo del país, era éste. El escenario como comenté estaba en una orilla del Amstel, para que la gente disfrutara del concierto desde la otra orilla. En las perfectamente plácidas aguas del río había una plataforma techada flotante que serviría para los palcos de una importante cantidad de personalidades. Durante el ensayo el despliegue de seguridad de fuerzas policiales y militares era un poco intimidante, algo muy raro en este país, por lo que le pregunté a un señor que estaba al lado mío disfrutando del ensayo, el porque de ese operativo. El hombre fumando un tabaco de aroma fuerte pero agradable me explicó que esa noche venía la Reina y que generalmente ese despliegue no era usual, pero por los sucesos durante la celebración del Día del Reina el año pasado -fiesta que se celebra el 30 de abril y que es considerada como el día más importante para los holandeses-, ahora esto ha cambiado.

El suceso al que se refería era un intento de asesinato contra la Reina Beatriz, que le costó la vida a cuatro ciudadanos que asistían al paso del cortejo con la Familia Real en un autobús descubierto. Un holandés desempleado de 38 años, sin antecedentes psiquiátricos ni penales, lanzó su vehículo contra la multitud con la intención de alcanzar al autobús en el que viajaba la Reina. El hombre quien finalmente falleció por las heridas, confesó haber actuado con toda conciencia de lo que hacía, pero nunca explicó cuáles fueron sus motivos. Este hecho causó gran consternación y perplejidad en los holandeses.

Casualmente hace poco fui a la exposición anual World Press Photo, que premia a los mejores reportajes gráficos del mundo y uno de los premios especiales fue para una foto de este atentando que muestra el momento exacto en el que el vehículo atropella a un policía. Algo interesante es que esta exposición se celebra en una de las iglesias más antiguas de Holanda, la Oude Kerk o literalmente la Iglesia Vieja, cuya construcción se inició alrededor del año 1300.

No estoy muy familiarizado con la realeza mas allá de algún comentario que haya visto de reojo en alguna revista Hola, o en la –para mi- intrascendente y larga sección del noticiero español dedicada a eso. Pero en el caso de Holanda la relación entre la gente y la Realeza parece ser bastante afectuosa.

En el lugar del evento había bastante movimiento de gente preparándose para el concierto. Una mujer con varias bolsas de supermercado venía directo hacia el puente donde yo estaba viendo parte del ensayo. Resultó que todo el contenido de esas bolsas iba a un bote atracado justo debajo del puente y por razones que en ese momento no entendí la mujer –muy bella, por cierto- empezó a lanzar con cuidado las bolsas a un amigo en el bote. Cuando pensé que lo que seguía era que ella misma se lanzara al bote, se fue a una de las orillas al nivel del canal para luego atravesar el fino borde de una barcaza “estacionada” y entonces entendí porque no quiso pasar por ahí con las bolsas: tenía que hacer cierto alarde de equilibrio para no caer al agua, como vi hacerlo luego a un alegre grupo de viejitos, vestidos por cierto formales para la ocasión, al pasar de esa barca a otra y luego a su bote de destino donde los esperaban con sendas copas de vino.

Indagando me enteré que el concierto como tal tendría lugar a las 9:00 pm por lo que decidí pasar por el frente del cercano Museo Hermitage, con la muy agradable y casual sorpresa de que los miércoles abre hasta las 9:00 pm. Interesante política de un museo, igual que los destacables viernes del Museo Van Gogh. Si hay un post del cual quiero escribir próximamente, es sobre los museos de Ámsterdam pues cada uno de ellos ha sido una verdadera revelación para mi. Del Hermitage solo puedo adelantar que es una extensión del museo más importante de San Petesburgo (Rusia).

El Ambiente
Luego de apreciar las exhibiciones del Hermitage, aunque todavía preguntándome que querría expresar Kandinsky en unas obras con las que he tenido un par de pesadillas en estos días, me dirigí a la misma orilla del río en la cual vi el ensayo. Ya el paso de bicicletas estaba cerrado por la Politie así que tuve que estacionar y caminar un poco, ya dándome cuenta del verdadero ambiente de ese evento. Mucha, mucha, mucha gente iba y venía, con un ánimo realmente festivo ayudado obviamente por el vino y/o la cerveza.

Durante el ensayo, dos horas antes, había disfrutado de un excelente palco con una visión perfecta del escenario, pero ahora al llegar 20 minutos antes del inicio del concierto tuve que luchar para encontrar un lugar decente. La temperatura por cierto estaba bajando. Me acomodé poco a poco hasta quedar en primera fila, cerca de una viejita y dos muchachas que me dieron algunos datos muy interesantes.

En principio me llamó la atención que, aparte del despliegue técnico del escenario que incluía varias cámaras con grúas, de este lado del río había sendas luminarias desplegadas hacia los bellos edificios e incluso micrófonos dirigidos hacia el público. La explicación me la dio una de mis vecinas: el espectáculo será transmitido en vivo a todo el país por TV, y los paneos al público también son importantes.

El despliegue de seguridad en este momento estaba limitado a un solo bote de la policía, eso si, estratégicamente ubicado en todo el centro de canal, y a unos 10 militares en una plataforma cercana. Al menos eso era lo que se podía ver, pero seguramente había muchos mas en los alrededores. Por si acaso.

Como ya me habían comentado previamente, uno de los grandes placeres de los holandeses parece consistir en salir de paseo en sus botes, o en los botes de los amigos pues. Y no necesariamente para hacer un viaje a algún lugar, sino para pasear por la misma ciudad y compartir. Y esa noche pude comprobarlo en el Día de la Liberación.

La nota de la noche consiste en reunir un grupo de amigos en un bote, repleto de comida y bebida, ir al Amstel a disfrutar de un concierto variado, y saludar a la Reina. Sin distingo de edad, pues había niños, adolescentes, jóvenes, adultos y viejitos. Y a pesar de que el alcohol causa los conocidos efectos especialmente en los jóvenes, debo decir que tampoco ellos causaban un alboroto que molestara al resto de las personas.

Voy a intentar describir la escena en uno de los botes cercanos. Se trataba de un bote sin techo, con una mesa central, asientos a los lados y relativamente sencillo, como prácticamente todos los botes esa noche. Había unas 8 personas, casi todas entre los 40 y los 50 años. La pareja dueña de bote parecían muy buenos anfitriones especialmente la señora encargada de atiborrar de comida a los pasajeros, quienes además desde que abordaron empezaron a tomar vino (¿o antes?). Primero les sirvieron una típica sopa de holandesa, humeante y cuyo olor nos llegaba a que estábamos en la primera fila del puente (por cierto la temperatura seguía bajando y la verdad que la sopita se veía buena). Más vino. Después, unos muslos de pollo arregladitos alrededor de una fuente con salsa en el centro que hizo chuparse los dedos a todos. Más vino. Para finalizar un par de tortas de postre antes de empezar el concierto. El vino ya causaba algunos efectos en la mayoría, pero especialmente en los anfitriones que empezaron a jugar a empujarse hacia el agua. Mi vecina decía: Not a good game, not a good game at all. Al final, a pesar del enorme consumo de alcohol, ni en ese ni en ningún otro bote pasó algo que lamentar.


La escena, más o menos igual, se repetía en todos los botes, y solo variaba la composición del grupo. En los botes de los más jóvenes corría más rápidamente el vino y la cerveza, pero en general era la misma alegría. Como la cantidad de botes era impresionante, se anclaban y estaban pegados unos con otros lo cual permitía una interacción entre perfectos desconocidos. Incluso pasar de un bote (y a otro y a otro) era común. “Prueba este pollo”, “toma estas salchichas”, “mira el motor nuevo” o “sácanos una foto desde ahí”, eran frases que no podía entender, pero que perfectamente podía intuir.

La llegada de la reina causó una conmoción que no imaginaba. La gente aplaudía y saludaba a su soberna con verdadera emoción cuando llegó caminando hasta el bote que le permitiría dar un recorrido protocolar ante sus súbditos. La palabra “súbdito” suena bastante rara para los que nunca habíamos vivido en una monarquía! La Reina estaba acompañada entre otros, por el Primer Ministro Balkenende, que a mi me parece la viva imagen de Harry Potter cuando sea (más) adulto.

Cuando se preparaba el inicio del concierto, algunas personas de los botes alrededor del bote amarillo de la policía empezaron a subirse a él para tener una mejor perspectiva del escenario. La idea les gustó a muchos y en pocos minutos el bote amarillo estaba totalmente repleto de gente no solo en la cubierta, sino sentados en el techo y todos –absolutamente todos- muy alegres y bebiendo algo. El único policía abordo, de lo más tranquilo disfrutando su concierto (nótese a la izquierda de la foto como el bote está repleto de gente).

La Música
Debo destacar algunas piezas del programa, el cual en general no tuvo desperdicio: como bienvenida a la Reina Beatriz un trompetista y un percusionista vestidos de estricto frac y bajo la hermosa luz del atardecer de las 9 pm, dieron una vuelta por el río a bordo de un bote, especialmente frente al palco protocolar, interpretando una majestuosa Tocatta de la ópera Orfeo de Monteverdi, en un inicio realmente fantástico; luego de eso, los músicos regresaron a la orquesta.

Escuchamos también la pieza “El vuelo del moscardón” de Rimsky-Korsakov, que es la famosa melodía de la serie de los 70’s El Avispón Verde; “I Got Rhythm”, una de las piezas más representativas del jazz, compuesta por George Gershwin e interpretada con mucho swing por la morena –tenía que ser- Edsilia Rombley. La Reina, por cierto, también se echaba sus traguitos de vino mientras disfrutaba del programa. Siguieron entre otras, “El Vals de la Bella Durmiente” de Tchaikovsky, dos arias de operas de Puccini, la “Danza Española” de la obra La Vida Breve de Manuel de Falla, que le dio un excelente y muy bien recibido toque español a la noche. En una de las piezas finales, en medio de la oscuridad apareció un pequeño bote arrastrando unas 30 antorchas que flotaban y se reflejaban en el agua del Amstel. Un verdadero deleite para los sentidos.

Para finalizar y acompañar a la reina en su recorrido de despedida, se interpretó la pieza “We will meet again”, una de las canciones más representativas de la Segunda Guerra Mundial, pues era con la que despedía a los soldados que iban al frente y cuya melodía seguramente les será familiar a muchos. Fue el clímax de la noche, y créanlo o no, mientras la Reina hacía su recorrido con esa música de fondo, a los soldados que estaban de guardia en una plataforma cercana poco les faltó para tomarse de las manos y bailar al ritmo de la canción. Cuando digo que les faltó poco, es que les faltó precisamente agarrarse de las manos, porque de hecho, estaban bailando. Otra muestra de la magia de esa noche.

Junto a la Orquesta Sinfónica de Limburgo, estuvieron cuatro cantantes principales: la soprano Eva-Maria Westbroek, la mezzo Marjon Lambriks, la morena Edsilia Rombley y su envolvente voz, y Freek Bartels, un excelente tenor, pero no lírico, sino con la inconfundible voz de cantante de musicales tipo Broadway o West End. De hecho es famoso aquí por haber ganado un concurso de televisión llamado Buscando a José, para elegir al protagonista del musical de Andrew Lloyd Webber “Joseph and the Amazing Technicolor Dreamcoat” (una especie de antesala a Jesucristo Superestrella), actualmente en gira por toda Holanda.

Aquí les dejo una corta reseña del concierto (recomiendo hacer doble click para verlo en grande), donde podrán ver parte de la pieza de bienvenida a la Reina, el fabuloso escenario y el palco de honor en medio del agua, el público rodeando al mencionado bote amarillo de la policía, y por ahí se va. Lamentablemente no salgo yo, aunque faltó poco.

sábado, 13 de febrero de 2010

EL INTERESANTE USO DE LA BICICLETA EN LOS PAISES BAJOS III

Un recuerdo de mis primeras experiencias con bicicletas cuando era niño: las famosas rueditas, que servían para tener equilibrio antes de dar el gran paso de andar sin apoyo. En Holanda parece que los niños pudieran salir del hospital donde nacen ya manejando su bici. Eso, cuando nacen en un hospital, porque la mayoría de los holandeses nace en su propia casa (!), pero eso es otra historia que será contada en su momento. El punto, y ya sin exageraciones, es que desde los 3-4 años los niños andan por ahí pedaleando, y son esos los poquísimos casos en los que he visto el uso de cascos en este país. Otra particularidad de estos usuarios, es que llevan en su bicicleta una banderola para poder ser vistos y fácilmente reconocidos, tanto por vehículos como por otros ciclistas.


El tema del uso del casco me hizo quedar como un tonto cuando llegué aquí. Como parte de mi equipaje de inmigrante me traje un casco que solía utilizar en Venezuela, pero si lo llegara a usar aunque sea una vez en los Países Bajos sería visto como un bicho raro. Creo que sería incluso gracioso para los holandeses verme con casco o dirían "Ah, American," Aquí solo lo usan los niños muy-muy pequeños y los deportistas que están entrenando, quienes por cierto alcanzan velocidades que me parece desafían los límites de la bio-mecánica.

Hace poco leía la página web de un gringo sobre el uso de la bicicleta en Holanda. El tipo estaba realmente indignado con la ausencia casi total del casco, pues afirma que en su natal San Francisco el 100 % de los ciclistas los usan, y para completar aclara que allá existe una Mandatory Helmet Law, o sea ley para uso obligatorio del casco! El pobre debe haber sufrido un colapso nervioso aquí, aunque la tasa de accidentes entre vehículos automotores y bicicletas es bajísima. Una consideración importante para entender esto es que prácticamente todos los están al volante del carro son ciclistas.

Sigamos con la bicicletas y los niños pequeños. ¿Qué pasa con los menores de 3 años? Algunos son llevados en cochecitos como en cualquier parte del mundo, pero la mayoría son llevados en bicicleta. Para empezar existe un asiento de bebé adaptable a la bicicleta, ubicado en el espacio entre el ciclista adulto y el volante (“posición suicida” según el gringo), pero dotado de un cinturón de seguridad de 3 puntos. Generalmente se incluye una especie de parabrisas plástico para proteger a los bebes del frío. No estoy seguro de que les haga falta, al menos a los niños holandeses.

Existe otra versión para poner en la parrilla, es decir en la parte de atrás, generalmente para niños más grandes. Si tienes dos niños, pones uno adelante y otro atrás y se acabó el problema. Y si tienes 3, puedes poner doble asiento atrás!


Hay otra versión para llevar niños un poco más grandes y es un cajón, llamado bakfiets. Se trata de una bicleta con un cajón de madera en la parte de adelante y en él pueden llevar 3 ó 4 niños que van de lo más felices echando cuentos en su idioma. También lo utilizan para llevar perritos, perrotes o una compra grande en el supermercado (o todas las anteriores juntas) pero lo más común es llevar una pandilla de niñitos. Ese cajón es muy sencillo pero generalmente trae su techo en caso de lluvia (siempre factible). Por cierto, menciono lo de los perrotes porque hace poco vi a una señora metiendo, trabajosamente claro, a un San Bernardo en un bakfiets, el cual de paso ya tenía un niño adentro.






Hay otra versión de bicicleta para niños pequeños llamada en estos lares sleurfiets, y es como una especie de remolque. Es una bicicleta pequeña remolcada por la bici grande. Tiene volante o manubrio pero solo para que el niño se agarre, y también tiene sus pedales aunque la tracción la hace el adulto. Es la última etapa antes de que el niño tenga su propia bici.

USUARIOS, TODOS. ESCENAS COMUNES
En Holanda la mayoría de los niños van a la escuela en bicicleta. Y siguen en bici en la educación media y la universidad. Otro detalle interesantísimo está relacionado con las parejas. De donde venimos, lo normal es que una pareja vaya caminando tomada de la mano. Bien, aquí también se toman de la mano pero cada quien en su bicicleta!! Un “momento kodak”, sin duda, pero que lamentablemente no he podido captar para no sentir que invado la privacidad de los novios.

Debo hacer énfasis en esto: aquí todo el mundo usa bicicleta: niños, jóvenes, adultos, mujeres en falda o vestido con tacones haciendo shopping, ancianos y no me extrañaría que hasta los fantasmas salieran también en bici (parece una canción de Desorden Público). Después de varios meses en Holanda descubrí para que sirve un extraño compartimiento rectangular en la parte de atrás de algunas bicicletas: para el maletín del ejecutivo, el cual con saco y corbata va a su oficina. Hace poco comentaba con mi papá como lo verían a uno en Caracas andando en encorbatado en bicicleta (aparte de sudado)!


Aquí lo normal es ir al supermercado en bicicleta, de hecho y como parte de mi proceso de adaptación yo lo hago. Para ello existen unos bolsos que se colocan en la parrilla y a los lados de la rueda trasera, tipo alforjas de caballo pues. Algo importante que he descubierto en esto, es que deben equilibrarse bien las cargas a cada lado de la bicicleta, porque de lo contrario uno sentirá que está manejando borracho.

Otra cosa muy frecuente aquí es llevar un pasajero adulto en la bici. Lo que en Venezuela llamamos un “parrillero”, pudiendo ser hombre o mujer, es indiferente, por ello la escena de una mujer llevando de parrillero a un hombre es absolutamente normal (!). Otro detallazo de esto es que jamás -jamás- verás a un parrillero holandés agarrado de la cintura del conductor por seguridad.

jueves, 11 de febrero de 2010

EL INTERESANTE USO DE LA BICICLETA EN LOS PAISES BAJOS II

ESTACIONAMIENTOS
Una imagen poco común para alguien que no viva en Holanda son los estacionamientos de bicicletas. Generalmente en los alrededores de las estaciones de tren se pueden ver estas aglomeraciones de bicis, de gente que va a su trabajo o a su lugar de estudio en tren. La dejan en la mañana, amarrada, y en la tarde la recogen. Una amiga venezolana me decía que si a veces era complicado recordar donde se dejó un vehículo, como será aquí!


En la estación del tren de Utretch, la escultura parece estar diciendo:"Dónde habré dejado mi bicicleta!"

En Ámsterdam hay uno de tres pisos, con capacidad para más de 7.000 bicicletas. Como esto no es suficiente, compraron un ferry viejo y lo acondicionaron para ser un estacionamiento flotante!



En otras ciudades como Haarlem, no hay estacionamientos de varios pisos, pero si tres niveles para colocarlas. Hay unos brazos-canaletes que se sacan, se baja uno de sus extremos al nivel del piso y se pone la bici.


El tema de la seguridad es interesante. Muchas veces he visto bicis que deben tener más de 30 años, oxidadas, feas y llenas de golpes, pero dotadas de sendos sistemas de seguridad antirrobo. Los más comunes son un candado especial para la rueda y la popular cadena con candado. Probablemente el candado valga más que la bicicleta en muchos casos.

Como comentaba en un post anterior el viento aquí suele ser fuerte, de ahí la existencia de los famosos molinos de viento antiguos y modernos para la producción de energía eólica. Es muy frecuente ver el efecto “dominó” en los estacionamientos, como consecuencia del viento. Pero además muchas bicicletas terminan cayendo en los canales, y es tan frecuente que hay –al menos en Ámsterdam- una barcaza que regularmente se encarga de sacar los cadáveres de debajo del agua.

Hay también algunos estacionamientos privados, los cuales por una módica tarifa tienen tu bici bajo techo y muy segura. Además si llueve, lo cual siempre es muy probable, no se moja el sillín. Cuando el clima está cerca de 0 grados, sentarse en un sillín mojado no es algo particularmente agradable. Por eso, aparte de los estacionamientos techados, están también los “cubre-sillín”.


Uno de los pocos ejemplos de no cumplir las normas en los Países Bajos lo he podido ver en los estacionamientos, pues en ocasiones la gente deja la bici en lugares no permitidos. Descaradamente.
Sin embargo, hay alguien que está pendiente de eso y antes de llevarse tu bici, te advierten. Y no es cuento, se las llevan.
Por favor tomar nota del estado del timbre

Hay otras facilidades de estacionamiento más comunes y que están en prácticamente todos lados. Las más comunes son estos “atrapa-cauchos” que pueden ser encontrados frente al supermercado, al museo, al hospital, la iglesia. En todos lados.

Sin embargo, si no hay nada disponible se dejan encadenadas y listo. O a veces se utilizan otras opciones. Lo importante es no obstaculizar el paso de los peatones. Los holandeses no se complican por nimiedades.


martes, 2 de febrero de 2010

EL INTERESANTE USO DE LA BICICLETA EN LOS PAISES BAJOS


El uso de la bicicleta en los Países Bajos es algo extremadamente común. No estoy hablando del uso normal en cualquier país por parte de niños, jóvenes y deportistas, o el uso eventual por cualquier persona. No, hablo de uso intensivo, cotidiano, sin distingo de edad, sexo ni clase social.

Me encantan las estadísticas, por eso prefiero empezar con eso:

• El 27 % de TODOS los desplazamientos realizados en los Países Bajos son en bicicleta!!!

• El 80 % de los holandeses usa la bicicleta al menos una vez por semana.

• El 45 % de los holandeses va a su trabajo en bicicleta. Como veremos más adelante, se trata de cualquier cargo, en cualquier trabajo.

• Es el país con más bicicletas per capita del mundo, pues hay un promedio de 1,1 unidades por persona. Eso por si solo no suena muy impresionante pero realmente significa que hay más bicicletas que gente.

• Si tomamos el dato anterior y lo aplicamos a la población actual, da como resultado que hay casi 18 millones de bicicletas, en un país de 16.5 millones de habitantes!

• En 2006 se vendieron 1.2 millones de unidades. Ese dato se refiere solo a las nuevas, vendidas en establecimientos comerciales. Las vendidas entre amigos, vecinos, usadas, en internet, etc, deben ser muchísimas mas.

Se pudiera pensar que en Holanda, un país hiperdesarrollado, con una de las economías más sólidas del mundo (formalmente ya salió de la recesión mundial al subir el PIB) y en general muy moderno, veríamos lo non-plus-ultra en bicicletas. Lo que los gringos llaman state of the art. Primer error. Este ejemplo sirve para empezar a comprender la sociedad holandesa y no estoy exagerando. Los holandeses son sumamente prácticos y en el caso del transporte solo necesitan algo que los lleve y los traiga.

Yo por ejemplo, utilizo una bici prestada que debe tener aproximadamente 30 años. Fue utilizada en el ejército y ha sido cuidadosamente mantenida desde entonces. Es pesada, falta de gracia, sin frenos (se frena a contra-pedal) y por supuesto sin velocidades, pero como parte de mi proceso de adaptación a la cultura holandesa digo: me lleva y me trae.

USEMOS LA BICICLETA!

La promoción del uso de la bicicleta es una política de Estado aquí en los Países Bajos. Los beneficios son obvios pero mencionaré la contribución a la salud del usuario, el hecho ser un vehículo no-contaminante y sumamente económico. Además, su uso ayuda a descongestionar las vías automotores que en horas pico son bien fastidiosas, por cierto. Otro tema un poco complicado aquí aparte del tráfico es el estacionamiento, no tanto porque no haya suficiente sino porque generalmente es costoso. La bici en cambio, se puede dejar prácticamente en cualquier lugar.

Una gran ventaja para el uso de la bici es que éste país es sumamente plano: el punto más alto es una colina llamada Vaalserberg de apenas 321 metros (las bicicletas montañeras son aquí un artículo bastante exótico). Las pocas desventajas que tiene su uso se derivan del clima que es muy lluvioso; de hecho se dice que el clima en Holanda tiene tres opciones: va a llover, está lloviendo, o acaba de llover, pero realmente me parece que es una exageración. Otra característica negativa es el viento; el hecho de ser un paisaje tan llano hace que a veces el viento sea un terrible enemigo en contra de tu esfuerzo. Ya lo he comprobado, y créanme, no es agradable.

No solo el Estado promueve su uso sino también algunas empresas, la mayoría instalando estacionamientos techados para sus empleados, pero otras van más allá al colocar un escáner en cada bici y así poder determinar quienes y cuantas veces usan la bicicleta para llegar al trabajo. Este sistema, llamado Trappers (pedales) le permite al empleado acumular puntos con los que puede adquirir algunos productos por Internet. Lo utiliza la IBM, entre otras empresas.

Quizás el problema más complicado que se enfrenta aquí es el robo de bicicletas. Tomando en cuenta de donde vengo no estoy muy claro de poder interpretar lo que los holandeses llaman “frequent bicycle thefts”, pero es un tema que pareciera preocuparles. Los robos están concentrados en Ámsterdam; según he escuchado la mayoría son cometidos por adictos, quienes luego intentan vender el objeto de su fechoría a precios absurdos para comprar drogas duras (como sabrán las drogas suaves son "mas o menos" legales en Holanda). Sin embargo, hay una campaña en la que se informa al público que no se debe comprar bicicletas que sean sospechosamente baratas. Si la policía te agarra comprando una bici de € 10 en una calle oscura, te pondrán una multa de € 160!


INFRAESTRUCTURA
Aquí se contempla desde hace años el desarrollo de la infraestructura necesaria para los ciclistas. Prácticamente en todo el país hay una vía exclusiva para bicicletas, que es compartida con motos de baja cilindrada, la cuales por cierto circulan en una proporción mucho-mucho menor que las bicis. Estas vías también son utilizadas por Scooters (los carritos que usan las personas con discapacidad y los ancianos) y por unos minicarros bastante graciosos, parecidos a los que llevan a los golfistas, de los cuales hablaremos en su momento.


Las vías van casi siempre paralelas a las aceras y las calles, aunque en ocasiones son construidas en parajes menos intervenidos o atraviesan un parque urbano. Es importante no caminar por la vía de los ciclistas, y cruzarlas solo donde esté señalizado porque puede haber accidentes, o en la mayoría de los casos ser víctima de una mirada tipo “¿qué %&$# haces ahí?”, pero sin mayores consecuencias.

Otra de las cosas fabulosas es la señalización. En mis primeros días aquí salí con la intención de ir en bicicleta a una ciudad cercana, pues había escuchado que se podía ir a casi cualquier parte. Antes de salir me preguntaron si sabía como llegar y respondí con seguridad (casi insolencia) que si, por supuesto. Pensaba en seguir la señalización de los vehículos y ya. Error. Luego agregaron “¿Sabes cuál es la señalización para las bicicletas no?” y volví a afirmar, ahora mintiendo descaradamente. Al llegar a una intersección me fijé bien y pude apreciar unas señales más pequeñas en color rojo. Exclusivamente para las bicicletas.


En Holanda hay más de 6.500 km de vías para bicicletas y 4.500 de ellos están señalizados en ambos sentidos.

Otra norma importante aquí es señalizar con el brazo cuando vas a girar. Los que van detrás de ti (siempre viene alguien) asumen que, mientras no señalices con el brazo, vas a seguir derecho. Esta norma también me sirve para entender la forma de vida holandesa, y no exagero:

• Prácticamente todo el mundo cumple la norma. Las pocas excepciones están compuestas básicamente por quinceañeros rebeldes, turistas y/o recién llegados (Mea culpa).
• El que no cumple la norma es visto como un bicho raro, aunque generalmente nadie te va a reclamar.
• La norma se cumple con mucha anticipación y en consecuencia, sin ningún apuro.

Tengo la impresión de que esas normas son aplicadas en cualquier situación de la vida diaria en este país.

Hay intersecciones, especialmente en Ámsterdam, en donde la cosa se complica: paso de vehículos particulares, tranvías, autobuses (tienen vías de uso exclusivo), peatones y bicicletas, todas juntas! Y por si acaso un embarcadero para los canales muy cerca.



Por eso, además de las vías y la señalización, también hay semáforos sólo para las bicicletas.



Aquí podemos ver los "apuradores" de los semáforos. He comprobado científicamente que el número de veces que se toque y la intensidad o fuerza aplicada NO es directamente proporcional a la velocidad del cambio de la luz.